El Salto de vivir--7ma parte


Daniela sentía correr la adrenalina en su cuerpo. Hasta sonreía al pensar que iba hacerlo un día muy cercano.    Ahora no dudaba. Es lo que hacía su padre y no tiene muchas complicaciones. Andaba ida pero caminando al ritmo que caminaba Annie ..rápido o pausado con tal de no chocar con nadie, pues estaba mirando a la nada.

- Y, ¿ cuándo vamos a saltar?, dijo Daniela en qué Annie detuvo su paso mirándola de reojo.
- ¡Azu! ahora tu eres la apurada por saltar. Jajaja.
- ay..ya dime pues.
- Bueno si quieres..mañana. Para mi, no hay problema.

Con una mochila que parecía de viajero, las dos chicas tan solo se encontraron a una cuadra del colegio y enrrumbaron a cambiarse.
- ¿a dónde vamos?, preguntó Daniela
- a meternos a la cabina, respondió al señalar un cajero del Banco de la Nación. Al Entrar se empezó a desvestir y ponerse el pantalón jean que tenía en la mochila negra. - ¡tápame!, le dijo a Daniela quien se sorprendió pues creía que sacaría dinero.
- ¡Daniela apura y sácate el uniforme!

Ya cambiadas salieron del cajero y tomaron un micro hacia la escuela militar donde las estaban esperando, Roger.

Llegadas recién a la Escuela, vieron a la madre de Daniela entrando primero que ellas y esperaron que se adelante para entrar por la puerta que iba directo al campo deportivo. Ya adentro, buscaron al piloto encargado y al instructor. Un soldado les acompañó, puesto que el lugar es grande y podían toparse directamente con la señora María.
- Se han demorado, dijo Roger. Atrás de él venía caminando la señora María y vio a su hija, Daniela.
Roger jalo a las dos y las subió a la avioneta, pero se apresuró María. Corrió hacia la avioneta que estaba en la pista.
- ¡Daniela!
Daniela al llegar a la avioneta sitio que le agarraban de la espalda. Roger tan solo la sujetaba junto con Annie para que suba.
- Mamá déjame, gritó Daniela.
- ¡Me vas a obedecer y te vienes a la casa!
- es hora que me dejes hacer mi vida cómo joven que soy...no soy tonta y ya sé cómo es. Es la mejor experiencia que podría sentir. Libertad y dejar los problemas . Ser yo misma.
Se desprendió Daniela de su madre y se cerraron las puertas de la avioneta.

Daniela estaba nerviosa adentro, pero igual despegaron. Se puso el paracaídas mientras oía instrucciones finales.  La señora María buscaba responsables y miraba el cielo dónde está la avioneta.
Daniela y Annie estaban listas. Se tomaron de las manos y saltaron.







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