La cárcel

El frío carcome mis huesos los barrotes están respirando de pequeños verdes reflejos. Aprieta mi piel mi respirar corto mis manos escapan de mis pensamientos cogen un nuevo pensar o un sueño. Eres la libertad que marcó las dulces sonrisas en mi rostro y se van en el calabozo. Caen mis cabellos al amarrarlos en mis manos manchadas de tus podridos chillidos vacíos a pesar de oírlos. Me sigue la sombra del cuerpo perdido en ladrillos sin color fuera de mi débil respiro. Mis labios sienten el recuerdo de gotas de lluvia corriendo mi cuerpo Mis labios sienten su recuerdo. Caerán los pedazos desechos perdido en el nombre del hombre en el mito de tan solo un cuento.